segunda-feira, 28 de maio de 2007

Eduardo Discoli

Vai fazer um ano que atravessou Portugal discretamente, entrando por Valença e saindo por Vila Real de Santo António.
Este "Gandamaluco" ainda pensa ter tempo para regressar à Argentina e escrever um livro com o relato da sua aventura.
Tive o privilégio de contactar com ele na sua passagem por Coimbra onde permaneceu dois dias e confesso que sinto uma grande admiração pela coragem com que se aventurou neste empreendimento.
Um "periódico" da sua terra relata assim a sua passagem por Roma:
"LA EPOPEYA DE UN GAUCHO Y JUGADOR DE POLO AFICIONADO Y SUS TRES "PINGOS"
A caballo, hasta Roma, para saludar al Papa
Eduardo Díscoli dejó Argentina hace seis años. Ayer, pudo ver a Benedicto XVI.
El gaucho y jugador de polo aficionado Eduardo Díscoli, 57, levantó el brazo montado en Gerónimo y saludó al Papa que se acercaba en automóvil al Arco de las Campanas para entrar en su "papamóvil" a la plaza de San Pedro, donde en la audiencia general de los miércoles lo esperaba una multitud de 50 mil personas listas para aclamarlo. Benedicto XVI preguntó a sus colaboradores: "¿Quién es?", y cuando se lo explicaron le devolvió sonriéndole el saludo.
Envuelto en una bandera argentina, Díscoli dijo después a Clarín: "Para llegar a Roma recorrí 28 mil kilómetros e hice hoy 10 más hasta el Vaticano, pero he cumplido con otro de mis sueños".
Junto al gaucho montado en Gerónimo están, mansos, Profeta y Chalchalero, dos caballos criollos con los que Díscoli seguirá su gira alrededor del mundo. Hace seis años partió desde Buenos Aires y recorrió prácticamente todos los países americanos hasta arribar a Nueva York.
"Hace un año y medio cruce en avión el Atlántico gracias a un sponsor. En Nueva York y México quedaron cuatro caballos criollos que estoy tratando de recuperar y por eso pido ayuda financiera en la Argentina", agregó.
Díscoli y sus tres caballos son huéspedes del Club de Polo de Roma. "Me gusta haber vuelto a jugar", explicó. El embajador argentino ante la Santa Sede y sus colaboradores lo ayudaron para que pudiera saludar brevemente al Papa. Nuestro compatriota monseñor Leonardo Sandri, le aseguró el privilegio de poder ir montado a caballo hasta el Arco de las Campanas.
Monseñor Sandri, que es uno de los más estrechos colaboradores del Papa, recibió en el Palacio Apostólico a Eduardo Díscoli acompañado por el embajador Custer.
El gaucho contó a Clarín sus aventuras: los mayores problemas los tuvo en los países americanos para hacer atravesar las fronteras a los caballos. "En Europa nunca tuve problemas".
Ha sido invitado especialmente a la recepción de la Embajada argentina ante la Santa Sede para celebrar la revolución de mayo y con sus caballos asistirá al homenaje frente al monumento al general José de San Martín en el parque de la villa Borghese.
"Ya recorrí media Europa y ahora iré a Austria, Rusia, China, Mongolia, la India, Egipto, Israel, Túnez, Argelia, Marruecos. De allí volveré a la Argentina", enumera.
Pero ¿Cuanto le falta para dar semejante vuelta? "Cuatro o cinco años", respondió Díscoli. El gaucho es de San Pedro, separado, con dos hijos y vive en Santa Lucía, provincia de Buenos Aires. Sugiere a Clarín la consulta de su sitio de Internet:
www.deacaballoalmundo.com.ar"


2 comentários:

Anónimo disse...

Entao quando chegar ao destino jà nao oavao conheçer .
as vezes a gente tem cada ideia mais maluca na cabeça,nai acha tio?

susana disse...

sabes que te digo...tenho é inveja! Quem me dera poder ir por esse mundo fora e não ter que voltar mais a trabalhar e a aturar certas pessoas!
bjs miss